sábado, octubre 16, 2010

Al Límite

A veces necesito estar al límite, a lo máximo que puedo aguantar, o alcanzar. Incluso en el límite de cosas sencillas, cotidianas hay satisfacción.
Es placentero sentir como tus ojos se cierran, como tus párpados se dejan llevar y debes recurrir a una fuerza recóndita para ser capaz de ir en contra del peso natural que poseen. Los ojos pican, arden pero aún así quieres estar despierto. Y luchas, te mantienes luchando . Quizás es la lucha, y no la calma, la que nos permite sentirnos vivos. Probablemente.

Si no tuviera la fuerza para estar despierto
entonces ,¿cómo lucharía?
Si no tuviera la fuerza para estar luchando
entonces, ¿cómo viviría?

Amén

2 comentarios:

Emilio dijo...

Carezco totalmente de la experiencia de llegar al límite y seguir luchando 8B

Teté dijo...

creo que yo también..es que no se si hay un límite...


Bueno , quizás :/